Luchamos por captar la atención de otros.

Esos otros, mejor si son nuestro público objetivo.

Pero la primera barrera que debemos salvar para vender (que es una mera consecuencia de hacer bien las cosas), es conseguir que se enteren que existimos e impactarles de tal forma que nos cedan un minúsculo espacio en sus mentes.

¿Y esto se puede conseguir?

Claro.

Y no es brujería. Palabrita.

Como podrás imaginar, haciendo uso de una comunicación plana estás abocada al fracaso.

Ten en cuenta que por esa atención no sólo compites tú. Hay quien dice (aunque tengo que decir que los gurús se ponen de acuerdo en la cifra exacta) que cada uno de nosotros recibimos al día entre 3.000 y 6.000 impactos publicitarios diarios.

 

Pues eso, que luchar por esa atención está al alcance sólo de aquellas que sean capaces de hacerlo muy, muy bien a nivel de comunicación y, ojocuidao, de persuasión.

Aunque ya sabes que yo prefiero hablar de seducción.

Es más cool.

Pero volvamos a la persuasión y dejemos claro qué demonios es eso.

Según la RAE: Inducir, mover, obligar a alguien con razones a creer o hacer algo.

Y aquí se abre otro melón interesante.

 

Si persuadir es, entre otras cosas, obligar a alguien con razones a creer o hacer algo, ¿persuadir y manipular es lo mismo?

Rotundamente no, pero la RAE con esa definición no me ayuda nada a contraargumentar.

Pero voy al grano o este correo se hará eterno.

Ahora me toca introducir que la mayoría de las decisiones que tomamos son emocionales. 

Vamos, que no es la razón la que nos guía a tomar nuestras decisiones, pero imagino que tampoco esto te suena a nuevo.

Sin embargo, tampoco los cracks de la neuroventa se ponen muy de acuerdo a la hora de establecer cuál es el impacto exacto de las emociones en el proceso de la toma de decisión.

Hay que dice que más del 95% de las decisiones que tomamos tienen detrás sesgos emocionales.

 

Vamos, que incluso en decisiones que afectan a nuestra economía también las tomamos desde las emociones.

Rebelde, esto es muy hardcore.

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Total, que con todo esto que te estoy contando no te sorprenderá nada si te digo que:

  • si por un lado, tenemos que luchar por la atención del personal
  • y por el otro, el personal toma decisiones (por supuesto también decisiones de compra que es lo que nos ocupa hoy) basadas en emociones

lo suyo es que cada uno de nosotros, marcas personales que quieren notoriedad, influir y vender, necesitamos sí o sí, comunicar utilizando los recursos que tengamos a nuestro alcance para llevarnos el gato al agua.

Gato = venta.

Y aquí es donde aparecen estos “Gatillos Mentales”, que son esos recursos que sirven para provocar que en la mente del personal se desencadene una decisión (de compra) más rápido.

Vamos que, gatillos mentales = empujoncitos.

Algunos de los empujoncitos más conocidos y utilizados hasta la saciedad en la publicidad, en las cartas de venta, en las publicaciones que compartimos a diario…en todas partes. Mires donde mires, allí encontrarás un gatillo mental.

7 GATILLOS MENTALES QUE DISPARARÁN LAS VENTAS DE TUS SERVICIOS PROFESIONALES

  1. Escasez: el evento en directo que celebraré sólo para los suscriptores de mi lista será gratuito pero sólo para los 100 primeros. Repito, sólo para los 100 primeros en apuntarse. Si eres el 101, te quedas fuera. (En la frase de arriba he metido dos gatillos mentales más. Seguro que te has dado cuenta, ¿verdad?).
  2. Urgencia: lee de nuevo arriba porque es uno de los gatillos escondidos.
  3. Reciprocidad: lo único que les voy a pedir a esos 100 rebeldes para que puedan acceder al evento gratuito en el que estaré en directo con ellos 90 minutazos es que una vez que se registren en el evento me dejen su pregunta para que yo pueda preparando el contenido y aportarles lo mejor. Vamos, que cada uno de ellos, para venir, antes tendrán que dejarme su pregunta.
  4. Autoridad: después de haber asesorado y, o mentorizado de forma individual a más de 450 personas, se me presupone experiencia demostrada en la gestión de marca personal.
  5. Referencia y prueba social: aunque no son exactamente lo mismo, permitidme que los meta en un mismo paquete. No te imaginas lo que he vendido gracias a las recomendaciones que han hecho de mí a otras personas mis clientes. No sé cuántos, pero un porcentaje muy alto de mis ingresos proceden de esto.  Pero también hay que saber utilizar con estrategia la prueba social. Desde aquí millón de gracias a todos los que me recomiendan. Y no sólo clientes, sino profesionales de mi sector que me recomiendan a conocidos.
  6. Exclusividad: en mi programa de mentoring grupal entran muy, muy pocos emprendedores. ¿Por qué? Pues porque no es un curso en el que yo escupo técnicas o formación en venta de servicios, sino que es un programa, un proceso de acompañamiento casi al 100% individual y en el que enfoco mi energía, tiempo y neuronas. Y además, me ocupo de seleccionar los proyectos que entran en cada una de las ediciones. No es para todo el mundo. Y de la misma forma que mis clientes comparan entre diferentes mentores antes de decidirse por mí, yo también me preocupo de seleccionarlos a ellos.
  7. Curiosidad. Yo de éste tiro mucho y saber utilizarlo bien me parece todo un arte. Antes de destapar qué es lo que hay debajo de la “revolución rebelde” invertí unas cuantas semanas en cebar, generar curiosidad, intriga y calentar un poco el ambiente “contando sin contar”. Vamos, destapando muy poquito a poco lo que más tarde llegó para quedarse.  Hice lo mismo con el vídeo que utilizo para promocionar (siempre en orgánico) X-Brand.

Pero hay muchos más. Casi de todos los colores y para todos los gustos:

  • Storytelling (muy TOP).
  • Compromiso
  • Enemigo común
  • Humor
  • Novedad
  • Dolor/Placer
  • Codicia
  • Deseo de pertenencia
  • Gratificación inmediata
  • Culpa

y unos cuántos que me dejo en el tintero.

Para adentrarse en este mundo te recomiendo leer al Sr. Cialdini, que aunque no es el único que habla de estas cosas, sí es un virtuoso en la materia. Sobre todo en el arte de la pre-suasión.

¿Te he generado una nueva necesidad?

En fin rebelde, es todo por hoy.

Espero que a partir de ahora leas todos esos contenidos con otros ojos y juegues a descifrar cuántos gatillos están empleando contigo.

Un gran ejercicio para mejorar tu propio mensaje y poder de influencia.

 

PD: este texto y el pódcast han surgido a raíz de uno de mis newsletters. Súmate a la Revolución Rebelde y no te pierdas ni uno.